lunes, 10 de junio de 2013



El temazcal Volviendo al vientre materno


Historia
Algunos nombres empleados para llamar al temazcal: Inipi o rito de purificación, Onikare, Sweat lodge, Iglú, Ombligo, Toritos, Vientre de la madre tierra, Temazcalco, La cabaña de sudoración.

El Temazcal es un baño de vapor ancestral que representan el vientre de la Madre Tierra y la confrontación del Tezkatlipoka, es decir de nuestras partes obscuras para que el espíritu pueda renacer más libre de como entró. Se realiza en cuatro puertas en las que se sanan los cuerpos físico, emocional, mental y espiritual.

Era utilizado por aztecas, zapotecas, mixtecos y mayas con fines terapéuticos o en ritos purificadores con motivo de la llegada a la mayoría de edad, el parto, el entierro de un pariente u otras ceremonias tribales. Deriva su nombre del término náhuatl temazcalli (Temaz - vapor, calli - casa, literalmente, “casa de vapor”) y se realiza en una edificación de adobe, de planta rectangular o redonda, rematada por una especie de bóveda. En su interior se calentaban rocas volcánicas conocidas como “abuelas” y se generaba vapor rociándolas con agua de romero, eucalipto u otras hierbas. El bañista recibía leves azotes con plantas rituales o medicinales, y la ceremonia concluía con la aspersión de agua fría.

El Temazcal llega a nuestros días en sus formas antiguas, mediante el legado de los Aztecas. Cuando los conquistadores Españoles llegaron a América, para ellos el Nuevo Mundo, encontraron un pueblo civilizado con una ciencia médica importantemente desarrollada y basada en la herbolaria, medicina que ha demostrado a través de los siglos su eficacia y sigue siendo utilizada para la curación y relajación de casi toda clase de padecimientos médicos, incluyendo el parto.

Los españoles se pasmaron ante las maravillas de la medicina de los americanos pero contradictoriamente consideraron a estas prácticas como rituales ajenos al cristianismo y los catalogaron como prácticas bárbaras incluyendo al Temazcal. No solamente asociaron el ritual del Temazcal con creencias paganas, como a toda la medicina tradicional antigua, sino que además, lo consideraron el ritual más espantoso de todos, ya que los bañistas entraban en estas cámaras obscuras y pequeñas, ambos sexos juntos y “desnudos como el día en el que nacieron”, lo consideraron diabólico. Los frailes españoles condenaron el temascal durante el virreinato, pues consideraban indecente su uso mixto.

Los españoles se convencieron que algún tipo de indecibles orgías tenían lugar dentro de los baños, y prohibieron la práctica de estos baños y ordenaron su destrucción dondequiera que se encontraran. En la Orden y Código Penal del Gobierno de Indias, proclamada por Carlos V, Rey de España, se declaró que; “Indios que no estuvieran enfermos no se podían bañar en estos baños calientes bajo la pena de cien latigazos durante dos horas públicamente”. Al poco tiempo, la proscripción se extendió a los enfermos también.














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